LIBRO: ¡Buenos días, princesa!

-Si no tuviera una cadena que me limita los movimientos, podría alcanzar el sueño de amar. Te cogería la mano sin miedo y recorrería el mundo contigo sin que nadie nos molestara. Me perdería en tus ojos y te diría que te quiero. Te diría que no puedo pasar ni un día sin ti.

Si no me hiciera pánico sentir tu respuesta, sería capaz de chillar dentro de nuestros silencios que te quiero. Saltaría la barrera que nos separa, que condiciona todo lo que siento por ti. Me impondría a cualquier adversidad, si supiera que tu corazón dice lo mismo que el mío.

Si no tuviera razón cuando creo que lo nuestro no es que sea imposible, es que sólo es imposible, pensaría que dos más dos pueden ser cinco y que los globos también quieren sin helio. Que las gaviotas saben vivir lejos del mar y que las nubes lloran porque no les dejan ver el sol.

Si no tuviera un secreto en el que intento esconder lo que siento, escribiría a tus sábanas mis pensamientos. Anotaría cada dictado a tus labios y  me imagino que cada beso es lo mejor que has hecho nunca. Dibujaría una línea infinita a tu espalda que haría que me perdiera en el punto más profundo de tu horizonte.

Si no tuviera tantas ganas de amarte, abandonaría esta idea enseguida. Malgastaría mis lágrimas en historias intrascendentes de mi estúpido día a día. Buscaría un armario del que sacó toda aquella ropa que no me pongo nunca. En realidad, me moría si no me quedaran ganas de amar.